El bautismo en el Espíritu Santo no es una experiencia del pasado, sino una efectividad presente para todo creyente que anhele más de Jehová. Es un llamado a existir en dependencia del Espíritu, a apañarse Su llenura diariamente y a profesar los dones que Él ha dado para la extensión del Reino.
Como seres humanos somos débiles y necesitamos un poder que sea sobrenatural y esto solamente podemos obtenerlo por el Espíritu, el cual es poder de lo detención.
Según las interpretaciones de la Unicidad de Dios o de los unicitarios, el Espíritu Santo es identificado como el mismo y singular Todopoderoso indestructible, sin embargo que Todopoderoso es Espíritu y es Santo, por lo cual es llamado el Espíritu Santo. Ellos no lo consideran como una fuerza impersonal, como el unitarismo, una entidad Excepto de Alá, como el arrianismo, o una persona espiritual divina y distinta de Jehová Padre, como el trinitarismo.
Que el Alá de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
En el siglo XVI y en el occidente centroeuropeo, nace el cristianismo protestante. Desde ese momento y hasta el siglo XX se formaron multitud de nuevas iglesias que revisaron unos u otros aspectos de la teología cristiana.
Voluntad: El Espíritu Santo actúa con propósito y valentía en la vida de los creyentes. Su voluntad es esencial para guiar y dirigir las acciones y decisiones espirituales.
La diferencia principal entre el fruto del Espíritu y las obras de la carne es que el fruto del Espíritu edifica al hombre, bendice a quienes lo rodean y.
Hay un núsimple de otras experiencias de conversiones que no son descritas con detalles, pero los relatos de muchos de ellas implican el bautismo del Espíritu Santo mientras ninguno lo excluye específicamente.
No debemos perder el significado de la expresión en el tiempo pasado “fuimos bautizados.” No existe una estado de aureola donde una persona es salva pero no es parte del cuerpo de Cristo.
Todas estas declaraciones dificultaban la concepción de tal espíritu como una persona pero que no resulta comprensible dar parte de una persona a otra.
Temprano en el siglo vigésimo, muchas personas del movimiento Santidad recibieron el bautismo del Espíritu Santo con el departir en lenguas. Ellos clasificaron esa experiencia como una tercera obra de Chispa.
Novaciano, en su obra «De Trinitate» afirma que es el Espíritu Santo quien da dones a su Iglesia para adornarla y perfeccionarla sobre todas las cosas y en todo. Y afirma su carácter personal: «Es Él quien –bajo forma de paloma– caldo y se posó sobre el Señor luego de su bautismo, habitando plena y totalmente solo en Él, sin limitaciones, y luego fue dispensado y enviado sobreabundantemente, de forma que otros pudieran cobrar un flujo de gracias» (De Trin.
Por supuesto, como hablamos en el capítulo 4, no debemos separar de modo derramamiento del espiritu incisivo el bautismo del Espíritu Santo del bautismo en agua puesto que ellos se juntan para completar el nuevo comienzo y para traer todos los beneficios de salvación.
Justino ofrece afirmaciones que parecen identificar al «pneuma» con el «logos» aunque acepta la fórmula trinitaria para la celebración del bautismo.